Adegas do Pico es el lugar ideal para encontrar paz y tranquilidad, al tiempo que te permite disfrutar del mar y practicar deporte al aire libre. Son doce casitas desperdigadas por un pueblo pequeñito, en contacto directo con los lugareños. Tienen cocina y todo lo necesario en una casa (incluso lavadora), con lo que también es una buena alternativa para familias con niños. La casa en la que estuvimos nosotros tiene jardín y una terracita a la que le da el sol todo el día y desde la que se divisa el pueblo, el mar y la isla de Sao Jorge. Es espectacular! En el pueblo además hay un restaurante que está muy bien (Canto do Paço). Para nosotros ha sido una experiencia inolvidable, ya que nuestra estancia en Adegas do Pico formó parte del viaje por estas islas tan maravillosas y no fue una simple necesidad de alojamiento. Esperamos poder volver y quedarnos más tiempo!

Lo único que no me gustó es que el precio no incluye la limpieza de la casa durante la estancia, por lo que si quieres estar unos cuantos días tienes que limpiar tú y eso te quita tiempo para hacer otras cosas, y en estas islas hay mucho que hacer!

La ubicación, el entorno y las vistas.

La falta de servicios, precios de gran hotel en un alojamiento rural muy básico.